domingo, 4 de abril de 2021

TALLER 5. RELIGIÓN. GRADO SEPTIMO. PRIMER TRIMESTRE.DEL 5 AL 16 DE ABRIL

 

COLEGIO TÉCNICO BENJAMÍN HERRERA IED

JORNADA TARDE

GUÍA DE APRENDIZAJE EN EL MARCO DE LA ESTRATEGIA APRENDE EN CASA

 

SEDE

A

Tarde

JORNADA

ÁREA O ASIGNATURA

Ciencias Sociales

CURSO DE APLICACIÓN

701-702-703 y 704

FECHA DE DISEÑO

Semana del 29 de marzo al 2 de abril

DISEÑADA Y PROPUESTA POR EL DOCENTE:

Sonia Paredes m.

 

FECHAS DE DESARROLLO POR LOS ESTUDIANTES:

Se aplica para dos semanas.

 

ESTÁNDARES DE COMPETENCIA A FORTALECER:

 

-       Reconozco múltiples relaciones entre eventos históricos: sus causas, sus consecuencias y su incidencia en la vida de los diferentes agentes y grupos involucrados.

 

METAS DE COMPRENSIÓN:

-       Comprende las principales características de las religiones del continente africano.

 

REFERENTE CONCEPTUAL:

Las características y costumbres religiosas nativas del continente africano.

METODOLOGÍA:

 

  1.  Se publicará la quia en el blog del colegio.
  2. Se envía la actividad al grupo de WhatsApp.
  3. Se realiza retroalimentación en las horas de clase programadas.
  4. Se revisan los talleres y se evalúan.

ESTRATEGIA DE SEGUIMIENTO Y/O CONTACTO

-       Semanalmente se envían correos o mensajes informando sobre la nueva actividad a los estudiantes.

-       Las actividades se suben al blog de la docente.

-       Se revisan las actividades diariamente a medida que los estudiantes las envían.

-       Se reciben las actividades desarrolladas por WhatsApp y por correo.

-       La retroalimentación se hace por WhatsApp o en la hora de atención personalizada.

RECURSOS

 

-       Celular.

-       Computador.

ACTIVIDAD PARA TRABAJAR EN FAMÍLIA:

-       Acompañamiento permanente de los padres.

-       Confirmar que los estudiantes envían las actividades.

AUTOEVALUACIÓN: 

Algunos elementos de valoración, en una escala de 1 a 5 podrían ser:

Avances en su aprendizaje

Los elementos compartidos fueron suficientes

Nivel de compromiso frente al desarrollo de la guía

Adecuada para el tiempo planteado

Apoyo familiar

 

 

JORNADA TARDE SEMANAS DEL  05 AL 16 DE ABRIL

 

DOCENTE: SONIA PAREDES

CURSOS: 701, 702,103 Y 704

 

* La actividad debe estar escrita en el cuaderno (no el texto)

* No se admiten impresiones, fotocopias, recortes, etc.

* Fechas: DEL 5 AL 16 DE ABRIL

ENTREGA: Todas las actividades deben ser enviadas al correo profesoriasoniaparedesblog@gmail.como al WhatsApp: 3195665957 (puede ser en fotografía).



ACTIVIDAD.

 

1.    Lea atentamente el texto sobre los rituales funerarios de África.

2.    Con la ayuda de la lectura escribes la palabra que falta para completar la frase.

3.    Las frases deben estar escritas en el cuaderno y debe aparecer subrayada la palabra que encontraste.

 

 

Frases

 

a.     la creencia en la ____________________ no constituye la base de una filosofía sobre el devenir del ser al cabo de sus sucesivas existencias, como en las grandes religiones asiáticas.

b.     En ciertas sociedades que todavía han permanecido muy apegadas a la religión del terruño, se identifica a los ___________________ como portadores del espíritu de un antepasado desaparecido; entonces se les da el nombre de éste y deben manifestar sus rasgos de carácter.

c.     Las religiones reveladas que se han implantado en el África subsahariana no han dejado de ganar terreno a las religiones del terruño. Hoy en día, el cristianismo y el I________________ se reparten aproximadamente dos tercios de las conciencias.

d.     La noción del ______________ no concibe ésta como una e indivisible; está compuesta de varias partes autónomas unas de otras, lo cual permite asociar la creencia en la reencarnación al culto de los antepasados y a la devoción por un principio creador, señor del universo.

e.     La evolución interna de las religiones africanas tradicionales, llamadas religiones del ____________________, ha hecho surgir formas culturales más elaboradas en torno a los antepasados de prestigio, intermediarios entre el mundo humano y el universo invisible.

f.      Ya convertido en antepasado, el muerto es objeto de ciertas prácticas de culto, a las que van asociadas alabanzas, oraciones y sacrificios por parte de sus descendientes. Algunos antepasados, fundadores de clanes o linajes prestigiosos, son divinizados progresivamente; otros, con una religión ______________________, se convierten en intermediarios predilectos entre los seres humanos y el Dios creador.

g.     La mayoría de los rituales funerarios observados dan pruebas del mantenimiento de los lazos entre el muerto y su entorno. Incluso ya siendo cadáver, continúa perteneciendo a la _____________________.

h.     Los bassari perciben la muerte como un rito de transición y una etapa del ciclo del eterno retorno, puesto que los ____________________ están llamados a renacer en sus descendientes después de haber permanecido entre los biyil, asegurando así la perpetuación del grupo.

i.      En lo concerniente a los rituales funerarios, la llegada de las religiones reveladas tuvo sobre todo efectos visibles sobre las prácticas de ____________________, las cuales no existen en algunas de las antiguas religiones africanas o, cuando existen, no siempre están codificadas con precisión.

j.      Entre los ashanti de Ghana, lo que renace en el linaje uterino es la “sangre”, mientras que el “principio masculino” se reúne con los antepasados y el ________________ regresa al Creador.

 

Creencias Religiosas Africanas.

 

La importancia de los rituales funerarios en el África subsahariana ha sorprendido a los observadores, quienes, independientemente de la diversidad de los rituales, los han relacionado con el dominio del grupo sobre el individuo y con el proceso del perpetuo retorno de los muertos entre los vivos. La evolución interna de las religiones africanas tradicionales, llamadas religiones del terruño, ha hecho surgir formas culturales más elaboradas en torno a los antepasados de prestigio, intermediarios entre el mundo humano y el universo invisible. 

 A partir de ciertas referencias a los principales conocimientos sobre la muerte y los ritos funerarios del África subsahariana y a partir de dos investigaciones de campo, una llevada a cabo en el Senegal y la otra en Francia, el autor de este artículo se esfuerza por analizar el sentido de la transformación de la idea de la muerte y de los ritos funerarios que se puede observar hoy en día al sur del Sáhara.

El culto de los antepasados y la reencarnación

El lazo familiar que se ha mantenido más allá de la muerte se reactiva mediante la creencia de que todo niño que viene al mundo es portador del alma de uno de sus antepasados. Tal idea sigue en la lógica de la primacía del grupo con respecto al individuo, lógica asociada a la negación de la muerte en cuanto a ruptura definitiva. Con todo, la creencia en la reencarnación no constituye la base de una filosofía sobre el devenir del ser al cabo de sus sucesivas existencias, como en las grandes religiones asiáticas. La noción de destino es inexistente en el pensamiento religioso africano tradicional, debido probablemente a que está muy ligada a la noción de individuo. No toda la personalidad del desaparecido reencarna en su descendencia, sino únicamente un fragmento. 

La noción de alma no concibe ésta como una e indivisible; está compuesta de varias partes autónomas unas de otras, lo cual permite asociar la creencia en la reencarnación al culto de los antepasados y a la devoción por un principio creador, señor del universo. Entre los ashanti de Ghana, lo que renace en el linaje uterino es la “sangre”, mientras que el “principio masculino” se reúne con los antepasados y el “alma” regresa al Creador.

Si hubiese une noción que pudiese explicar tal representación predominante de la muerte en las sociedades subsaharianas sería la de “amortalidad”, que James Frazer (1913) definía como la “prolongación de la vida durante un período indefinido, pero no necesariamente eterno”. La vida se prolonga primero a través del estadio de antepasado, que se concibe como el estadio superior por excelencia. Consecuentemente, la muerte se convierte en el último rito de pasaje-transición, el punto culminante de una ascensión prestigiosa; a través de ella se pasa del estadio de anciano, concebido ya como extremadamente gratificante, al de antepasado, en el que se alcanza la cima del prestigio. 

La escenificación del pasaje al estadio de antepasado puede hacerse después de la ceremonia funeraria. Tal es el caso entre el dogón de Mali, donde cada dos o tres años tiene lugar un ritual llamado dama para incitar al alma de los muertos, fallecidos e inhumados varios meses antes, a abandonar el mundo de los vivos para dirigirse al país de los antepasados. En el transcurso del ritual, se coloca a la salida de la aldea una vasija llena de cerveza que un pariente del difunto derriba de una patada, para dar a entender con claridad que, en adelante, el muerto ya no puede comer ni beber y tiene que abandonar el mundo de los vivos. Después, los hombresmáscara danzan durante tres días para indicarle el camino del otro mundo, donde deberá morar en lo sucesivo (Dieterlen & Rouch 1974).

Ya convertido en antepasado, el muerto es objeto de ciertas prácticas de culto, a las que van asociadas alabanzas, oraciones y sacrificios por parte de sus descendientes. Algunos antepasados, fundadores de clanes o linajes prestigiosos, son divinizados progresivamente; otros, con una religión monoteísta, se convierten en intermediarios predilectos entre los seres humanos y el Dios creador.

 En ciertas sociedades que todavía han permanecido muy apegadas a la religión del terruño, se identifica a los niños como portadores del espíritu de un antepasado desaparecido; entonces se les da el nombre de éste y deben manifestar sus rasgos de carácter.

En muchas sociedades africanas ya alejadas de tales creencias y prácticas, es posible observar todavía algunas actitudes con los niños pequeños que evocan el respeto por los antepasados. Entre un pueblo tan profundamente islamizado como los soninké de Mali, Élodie Razy (2007) hizo la observación de que el niño pequeño es objeto de respeto y temor, porque es portador de una sabiduría ancestral que no puede divulgar, dado que todavía no tiene el dominio de la palabra. Debido a ello, se considera al niño pequeño con una gran deferencia y su muerte provoca un sentimiento de culpabilidad muy fuerte entre sus parientes más cercanos.

Su deceso se interpreta como un rechazo a permanecer entre unas personas que no le dan las muestras del respeto debido a su calidad de antepasado.

La muerte familiar

Un rito de transición-pasaje

La mayoría de los rituales funerarios observados dan pruebas del mantenimiento de los lazos entre el muerto y su entorno. Incluso ya siendo cadáver, continúa perteneciendo a la familia. Ello se refleja, para empezar, en una representación con el propósito de simbolizar la presencia del muerto entre los suyos, sobre todo en los momentos que siguen al deceso. 

Los miembros del linaje se reúnen para beber, comer y cantar al desaparecido, lo cual constituye una manera de prolongar su existencia en este mundo. En efecto, suele ocurrir, sobre todo entre los mossi de Burkina Faso, que un pariente de la persona fallecida, de preferencia una mujer, vista las ropas del muerto e imite sus ademanes y su manera de hablar. Los hijos del difunto lo llaman “padre” y sus esposas, “marido”.

 Entre los  del Senegal, el muerto debe presidir sus propios funerales: vestido con su ropa más hermosa, sentado en su sillón acostumbrado y atado a él, la mano en alto como si saludara a la muchedumbre, se le lleva en andas a hombros hasta el lugar de su inhumación, mientras los músicos y danzantes tocan y evolucionan muy animados en torno al cortejo, desafiando así la dimensión trágica de la muerte y terminando de dar una coloración épica y triunfal al cortejo funerario (Thomas 1982).

La familiaridad con los muertos puede continuar mucho después del deceso a través de una relación con los cadáveres. El caso más conocido es el de la merina del altiplano de Madagascar. Aproximadamente cada cinco años tiene lugar la ceremonia del famadihana, término incorrectamente traducido por “dar vueltas a los muertos”: abren las tumbas y colocan a los muertos sobre los hombros de los danzantes que los lanzan al aire y los llevan en una farándula desenfrenada a través de las calles de la aldea; y después los envuelven en esteras nuevas que, dado que se supone que poseen un poder fecundante, más tarde se reparten las mujeres. Los vivos tocan los cadáveres y los envuelven en mortajas nuevas, con ademanes que evocan los mimos, y comparten con ellos algunos alimentos y vasos de ron. Así, se trata de un medio de reforzar los lazos internos del grupo de los vivos a través de la comunión con los muertos, que son, más que nunca, el vínculo que une a la familia (Decary 1962).

Los cambios contemporáneos.

Las religiones reveladas que se han implantado en el África subsahariana no han dejado de ganar terreno a las religiones del terruño. Hoy en día, el cristianismo y el islam se reparten aproximadamente dos tercios de las conciencias. A pesar de la evolución reciente y parcial del islam y el protestantismo, que ahora buscan la depuración, las creencias y prácticas anteriores han logrado sobrevivir en el seno de los nuevos cultos. En lo concerniente a los rituales funerarios, la llegada de las religiones reveladas tuvo sobre todo efectos visibles sobre las prácticas de inhumación, las cuales no existen en algunas de las antiguas religiones africanas o, cuando existen, no siempre están codificadas con precisión.

Ahora bien, la idea de un lugar específico de inhumación apareció debido precisamente al hecho de la dinámica de transformación interna de las sociedades africanas, con la transición a la economía agrícola y el surgimiento de las formas de poder institucionalizadas.

Eso es lo que indican los cambios que ha sido posible observar en una población del Senegal oriental, replegada en una zona montañosa donde ha conservado sus prácticas religiosas tradicionales (Barou & Navarro 2007). Hace todavía medio siglo, ese pueblo, llamado beliyan o bassari, vivía de la economía de la caza y la recolección. Está compuesto de siete clanes matrilineales y hoy en día habita en una veintena de aldeas situadas cerca de la frontera con Guinea. En los años 1930, los bassari comenzaron a practicar la agricultura y la ganadería, sin abandonar por completo sus actividades de caza y recolección.

 Su religión se fundamenta esencialmente en la creencia en la existencia de los biyil, genios invisibles que los protegen de los azares de la caza y los ataques de sus enemigos y garantizan tanto la fecundidad del grupo como la de las plantas y animales que consumen. Esos genios les escogieron como antepasado totémico el camaleón, al que están vinculados mediante una relación simbólica. Cuando se lleva a cabo su ritual de iniciación, los adolescentes de 15 o 16 años de edad se convierten en “hijos del camaleón” al término de un largo retiro en el bosque y de varias pruebas, una de las cuales consiste en batirse con los biyil, representados por unos hombres vestidos con una máscara de corteza y un traje de hojas para encarnar a esos genios de la naturaleza, a la vez antepasados y protectores del grupo.

Las máscaras son la encarnación visible de los biyil. Las portan algunos hombres del grupo de los odyar, cuya edad fluctúa entre 27 y 33 años. Nadie debe intentar reconocer al hombre que porta la máscara, a la que se percibe como un espíritu que participa activamente en la vida del grupo, protegiendo a los niños de la enfermedad y la brujería, alentando a los cultivadores a trabajar durante los rituales estacionales y castigando a aquellos que contravienen la costumbre. Mediante su dimensión de antepasados, las máscaras establecen una relación permanente entre el mundo de los vivos y el de los muertos, entre el universo visible y el invisible.

Los bassari perciben la muerte como un rito de transición y una etapa del ciclo del eterno retorno, puesto que los antepasados están llamados a renacer en sus descendientes después de haber permanecido entre los biyil, asegurando así la perpetuación del grupo.

Con todo, los ritos funerarios han sufrido una evolución desde que los bassari pasaron del estadio de cazadores recolectores al de agricultores y desde que abandonaron las cuevas que les servían de abrigo en la montaña para construir aldeas sedentarias en la sabana.

 ENTREGA: Todas las actividades deben ser enviadas al correo profesoriasoniaparedesblog@gmail.como al WhatsApp: 3195665957 (puede ser en fotografía).


DEBE SER A MANO Y EN EL CUADERNO.

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