martes, 20 de julio de 2021

TALLER 1. OCTAVO. SEGUNDO TRIMESTRE.RELIGION

                                             COLEGIO DISTRITAL BENJAMIN HERRERA

JORNADA TARDE
GRADO: 801-802


ACTIVIDAD.
1.Lea detenidamente el texto.
2.Desarrolle el crucigrama.
3. Escriba las preguntas del crucigrama en el cuaderno.
4. Hacer el crucigrama con las respuestas  en el cuaderno.

ENTREGA: Presentar el desarrollo de la actividad en físico durante la clase correspondiente.
Para quienes no pueden asistir al colegio la actividad debe ser enviadas al correo profesoriasoniaparedesblog@gmail.com,  (puede ser en fotografía) o al whatsaap. 3195665957.

FECHA DE ENTREGA: 26 AL 30 de julio 2021.

NOTA: GUARDAR LAS ACTIVIDADES.

DUDAS E INQUIETUDES EN COMENTARIOS EN ESTA MISMA PUBLICACION,  AL CORREO: profesoriasoniaparedesblog@gmail.com o al WhatsApp: 3195665957
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Los orígenes del cristianismo

Joaquín Laporta

Las fuentes para el conocimiento de Jesús no son muchas y se reducen a los Evangelios (canónicos y apócrifos)[1], las Cartas de Pablo y los Hechos de los Apóstoles (Lucas). Tales obras fueron escritas -mayoritariamente- entre finales del siglo I y comienzos del II d.C. Actualmente, textos como el Papiro Egerton (S. II d. C.) y otros contemporáneos como P1 o P2, el Manuscrito de Nag Hammadi (S. IV d.C.),el Manuscrito Sinaítico (S. IV d.C.)[2], el Códice Vaticano (S. IV d.C.), el Códice Benzae  Cantabrigensis (S. V d.C.), el Códice Alejandrino (S. V d.C.), el Códice Washingtoniano (S. V d.C.) el Códice Ephraemi Rescriptus (¿...?) son los testimonios directos más antiguos que se conservan como referencia a dicho personaje. Otros escritos coetáneos -transmitidos por los copistas medievales- que refieren a su figura o contexto histórico son las citas de historiadores como Flavio Josefo (Antigüedades Judías), Tácito (Anales) o Suetonio (La Vida de los Césares), así como fuentes del ejemplo de los Manuscritos del Qumrán (S. II a.C.-I d.C.) o el Talmud babilónico.

El cristianismo tiene su raíz en la Palestina del siglo primero. En esta época el territorio se encontraba bajo dominación romana. El país estaba densamente poblado y sus habitantes eran principalmente hebreos, aunque también había helenos (gentes de cultura griega), romanos y otras gentes orientales. La economía se basaba fundamentalmente en las actividades agrarias, aunque existía una pequeña porción de artesanos y comerciantes que desempeñaban un importante papel en la misma. Gran parte de la población era pobre y los judíos ricos pertenecían a la familia de Herodes y a la oligarquía sacerdotal, que era saducea. Políticamente hablando, las instituciones hebreas conservaron amplia autonomía durante esta fase de la ocupación romana; ejemplo de ello era el Sanedrín, que desde Jerusalén ostentaba la suprema autoridad jurídica y religiosa, controlando el culto del templo. En tiempos de Jesús el pueblo israelita utilizaba el arameo como vehículo de comunicación habitual, aunque también se hablaba el griego ático o Koiné. El hebreo estaba prácticamente reducido al ritual litúrgico.En el contexto temporal próximo y contemporáneo a la vida de Jesús el judaísmo se encontraba dividido en varias facciones político-religiosas. De entre ellas se tiene constancia de la existencia de al menos cuatro corrientes principales. Según el historiador judío Flavio Josefo, estas son:

1.- Saduceos. Formaban la nobleza sacerdotal y laica, ocupando el estrato superior de la sociedad hebrea. Representaban la ideología conservadora, que en lo religioso anteponía la autoridad del Pentateuco (los cinco libros de la Ley; Génesis, Éxodo, Levítico, Deuteronomio y Números) a la ley oral. Los saduceos pretendían una vinculación directa a Sadoc, el sumo sacerdote a quien David pusiera la frente del templo de Yahvéh; eran una derivación del sacerdocio sadocita, el legítimo. Dominaban en el Sanedrín y tenían la responsabilidad del culto en el templo de Jerusalén así como de las ordenaciones sacerdotales. No creían en la existencia del más allá, ni en la resurrección de los muertos, así como tampoco en la actuación de los ángeles ni de la providencia. Tenían una concepción religiosa no antropomórfica.

2.- Fariseos. Surgieron probablemente del movimiento hasídico del siglo II a.C., pero sus raíces quizá se hunden en la época de dominación persa (S. VI-V a.C.). Eran representantes del movimiento sacerdotal creado tras el destierro babilónico del siglo sexto. Daban tanta importancia a la ley escrita como a la tradición oral. Acomodaban la interpretación de la Ley a las necesidades de cada momento. Controlaban la religiosidad de las sinagogas y las escuelas rabínicas, tanto elementales como superiores, en donde se dedicaban al estudio de los textos religiosos. Su doctrina de salvación era generosa con los israelitas, siendo menos entusiastas con los paganos, aunque la intensidad de tal diferencia de trato varía según los maestros o los libros. Los fariseos eran laicos y solían estar presididos por escribas (seglares cultos). A. Piñero considera como doctrina propia del fariseísmo la concepción de Dios como un ser absolutamente espiritual, trascendente, incomprensible, sabio, justo, misericordioso y padre de los hombres. El nombre de Dios no podía ser pronunciado, sino sustituido por otros términos. Ellos pensaban que Dios podía ser adorado desde cualquier lugar y que el hombre es libre para elegir el bien o el mal. Los fariseos concebían la creación divina del ser humano así como la existencia de la resurrección, los ángeles, los demonios, los espíritus y el “Juicio Final”. Eran enemigos de los romanos y, al igual que en la época macedónica, rechazaban las imposiciones externas aunque sin adoptar una postura violenta.

3.- Esenios. El desarrollo de esta secta tuvo lugar entre los siglos II a.C. y I d.C. Probablemente su origen deba situarse en los exiliados hebreos de Babilonia, quienes durante el destierro conservaron una visión hiperpurista del dogma religioso, el cual llevarían consigo tras su regreso a Palestina. Según Josefo, los esenios aparecieron en tiempos de Jonatan Macabeo, quien al enfrentarse al Maestro de Justicia provocó la ruptura del bloque hasídico y la consiguiente dispersión de los distintos grupos judíos, que anteriormente habían formado un todo homogéneo para hacer frente a Antíoco IV. Varios autores del siglo I d.C. Se ocuparon en describir la vida de los esenios, como el naturalista latino Plinio el Viejo, el ya mencionado Josefo, Filón de Alejandría, y ya en el siglo III d.C., Hipólito de Roma. Además de la información que nos dan estos autores tenemos otra fuente complementaria, los manuscritos del Qumrán, redactados por los propios esenios durante su estancia a orillas del Mar Muerto. Los esenios conformaban una corriente ascética de tipo mesiánico, la cual planteaba una religiosidad intransigente unida a un anhelo aislacionista. Hacían vida cenobítica -ermitaña- en torno al desierto y creían que el templo de Jerusalén estaba mancillado por un sacerdocio indigno, pues se auto consideraban los únicos herederos del auténtico Israel, utilizando para sí mismos la denominación de “el resto”. El esenismo tuvo sus principales focos de recepción en algunas ciudades de Judea y a orillas del Mar Muerto. Llevaban una vida comunitaria y no existía propiedad privada entre ellos. Se regían por un sistema normativo riguroso que penaba la más leve falta. Los interesados en entrar a la secta debían someterse a un período de prueba que duraba tres años. En las plegarias que precedían a la comida debían jurar ser piadosos; observar la justicia con los hombres; no perjudicar a nadie; socorrer a los justos y odiar a los injustos; obedecer a la autoridad permitida por Dios; no ser insolente cuando se tiene un rango superior; no distinguirse de los demás en la forma de vestir; no robar ni buscar ganancias ilícitas; no ocultar nada a la comunidad y no descubrir nada de ella a los ajenos de la misma (ni los libros ni los nombres de sus ángeles tutelares).

Los esenios expulsaban de la comunidad a quienes cometían graves infracciones, a los que solían abandonar a su suerte, aunque podían readmitir a los arrepentidos. Se reunían un centenar de personas para tratar los asuntos judiciales. Veneraban a Moisés y castigaban con la muerte a quien blasfemaba contra él. Obedecían a los ancianos y se lavaban después de hacer las necesidades corporales. Se subdividían en cuatro grupos dependiendo de la fecha o antigüedad de ingreso en la comunidad. Muchos de los miembros vivían más de cien años. Su cosmovisión concebía que los cuerpos son incorruptibles y las almas inmortales, considerando el cuerpo como una cárcel temporal. Creían, al igual que los griegos, que a las almas buenas les estaba reservada una morada más allá del “Océano” y a las malas una lóbrega caverna. Algunos preveían el futuro a través de los libros sagrados. En sus ceremonias compartían pan y vino. Josefo señala a otro grupo de esenios, semejante en todo a los anteriores salvo en que son partidarios del matrimonio. Los esenios del Qumrán, tal y como ha demostrado la arqueología, sabían fabricar armas. Según Filón y Josefo, el número total de esenios se cifraba en 4.000.

4.- Zelotes. Es la cuarta secta descrita por Josefo en sus Antigüedades Judías. Doctrinalmente coincidían con los fariseos en todo salvo en que no admitían más señor que a Dios. Josefo da menos importancia a los zelotes (“celosos”) que a otras variantes judaicas. Eran contrarios a pagar tributo al emperador romano y a los matrimonios mixtos entre judíos y no judíos. Propugnaban la acción violenta, con la que pretendían crear un estado teocrático libre de extranjeros y de paganos. Se cree que el fundador de la secta fue Judas el Galileo, natural de Gamala, quién tenía un fuerte talante independentista. Los zelotes iniciaron la crisis que daría lugar a la primera guerra hebraica (66-73 d.C.) contra Roma.

La vida de Jesús se desarrolló entre el último cuarto del siglo I a.C. y las tres primeras décadas del inicio de la era cristiana. En este período Palestina se vio gobernada por Herodes el Grande (muerto el 4 a.C.), sus hijos, Arquelao, Filipo y Herodes Antipas y, a partir del año 6 d.C., por los prefectos romanos Coponio, Marco Ambibulo, Anio Rufo, Valerio Grato y Poncio Pilato (quien accedió al cargo en el año 26). Las autoridades romanas, por conveniencia política, respetaron las costumbres religiosas judaicas. Por tal razón no se instalaron en Jerusalén estatuas ni estandartes. Sin embargo, otros aspectos de la política de Roma para con los hebreos provocaron su odio hacia el ocupante latino, como el nombramiento por los gobernantes foráneos del Sumo Sacerdote y el cobro de duras contribuciones. La situación se agravó por la dureza y poca habilidad de ciertos gobernadores romanos, tal del ejemplo de Pilato, quién introdujo en Jerusalén los estandartes del ejército y sustrajo cierta cantidad del tesoro del templo para costear las obras de abastecimiento de agua de la ciudad.
Se han escrito ingentes cantidades de papel sobre la vida y la trayectoria religiosa de Jesús. La mayor parte de los investigadores aceptan en consenso la existencia real de este personaje. Los últimos estudios biográficos concluyen que su natividad aconteció seis años antes del comienzo oficial de la era cristiana. Tal error de cronalización se debe al monje Dionisio el Menor (Dionisyus Exiguus), quien tras recibir en el 515 d.C. el encargo del Papa Hormisdas para datar la fecha de nacimiento de Jesucristo -no concretada por los evangelios-, concluyó que éste había sido concebido en el año 753 (ab Urbe Condita)[3] de la edad romana. En las fuentes neo testamentarias se apunta que el hombre-dios cristiano habría nacido cuando Herodes el Grande gobernaba en Palestina. Este rey murió en el año 4 a.C. El lugar de su nacimiento se sitúa en Belén (Judea) o en Nazaret (Galilea). Mateo y Lucas afirman que Jesús fue alumbrado en Belén, pues según el profeta Miqueas, en esta ciudad nacería el mesías tras ser anunciado por una estrella. En opinión de Lucas, los padres del predicador se trasladaron a Belén con ocasión de un censo decretado por Augusto. El gobernador Quirino ordenó en el año sexto hacer un recuento general de la población de Judea. Los progenitores, al parecer, residían en Belén antes de su huida a Egipto, reinstalándose posteriormente en Nazaret  por miedo a Arquelao, que gobernaba en Judea.

Jesús se  crio en el seno de una familia hebrea de lengua aramea. Tenía cuatro hermanos (José, Judas, Simón y Santiago) y dos hermanas. Su padre era carpintero y quizás el también. Justino dice que hacía yugos y arados. La familia se tenía por descendiente de David; así lo creyeron  Mateo y Lucas y varias confesiones del cristianismo primitivo. Jesús predicó principalmente en Galilea, aunque también ejerció vida pública en Samaria y en Judea. La duración de su predicación oscila entre uno y tres años, según los evangelistas, siendo esta etapa la más conocida de su vida ya que las fuentes apenas hacen mención de su infancia y adolescencia. El líder religioso fue condenado por el procurador romano Poncio Pilato, quién con la connivencia de los sectores dirigentes judíos, urdió el proceso buscando argumentos de todo tipo para acusarle. Jesucristo era un agitador político-religioso que amenazaba los intereses y el dominio de las facciones poderosas a causa de su mensaje mesiánico-apocalíptico. A ello se une la consumación de hechos concretos, como la predicación en Jerusalén, la expulsión de los mercaderes del templo o la autoproclamación de “Rey de los Judíos”, acontecimientos que le hicieron antipático ante una parte de sus correligionarios hebreos. El predicador fue crucificado por orden de Pilato. La crucifixión era una forma de ejecución capital propia de criminales y esclavos -dicha sentencia sólo la podía aplicar el procurador romano, dejándose a las autoridades israelitas la potestad de decretar lapidaciones-, no pudiéndose aplicar a ciudadanos romanos. Al parecer fue condenado un viernes de la semana de Pascua. Según los evangelistas eran  viernes 15 de Nisán (fecha coincidente con el inicio de la primavera, entre marzo y abril), dato que plantea un problema, ya que coincidía con un día sagrado judío y en fiestas tan señaladas no se podía llevar a cabo un proceso y una ejecución. Juan es el único que data la muerte de Cristo el 14 de Nisán. En cuanto al año de su crucifixión también existen serias dudas, aunque se estima que tuvo lugar en el 30 d.C. Jesús fue enterrado en un sepulcro excavado en la roca, en Jerusalén, después de haber sido perfumado el cadáver.

Jesucristo fue un judío que predicó exclusivamente entre y para judíos. No tenía una intención universalista, pues nunca dio a conocer su mensaje a la población no hebrea que vivía en Palestina. Pruebas de ello son: La predicación de su mensaje en territorios de población judía; su presencia en sinagogas o en lugares concretos sagrados para los israelitas, como el río Jordán o el templo de Jerusalén; el uso del arameo como vehículo de predicación, lengua que sólo utilizaba la población israelita, siendo ininteligible para griegos y romanos; la alusión constante que hace al Dios único de los judíos, Yahveh (en hebreo, “yo soy el que soy”); y la aparición en los evangelios de nombres hebraicos entre los personajes. El propio nombre de Jesucristo tiene una raíz hebrea. Este vocablo procede de los términos Mashiach (el ungido o mesías) y Yehoshuah (Yahvéh es salvación), los cuales hacían referencia al mesías que vendría a liberar al pueblo de Israel. Dichas palabras, que tenían un carácter impersonal en esta lengua semítica, adquirieron un sentido personalizado al traducirse al griego (Iesous Xristos) y al latín (Iessus Christus). Pablo de Tarso fue el primero en emplear al título de <>, que es la interpretación helenística del calificativo de Cristo -Khristós es la traducción o equivalencia del epíteto mashiach (mesías, ungido o consagrado)[5] -, utilizado por la primitiva comunidad judeocristiana de Jerusalén pero incomprensible para los griegos. Por eso, cuando el cristianismo comenzó a helenizarse al expandirse hacia el mundo gentil (no judío), el calificativo <> pasó a convertirse en una especie de segundo nombre, mientras que al Jesús “resucitado” se le aplicó el título de Señor o Kyrios, que era la fórmula empleada habitualmente por los greco-hablantes cuando se dirigían a su dios personal. La tradición cristiana, pese a los cambios sufridos, aún conserva el recuerdo de que su dios-hombre fue crucificado con la siguiente leyenda: Iessus  Nazarenus  Rex Iudeorum (Jesús el Nazareno Rey de los Judíos).

El predicador hebreo fue hijo de su época y partícipe del proceso de incertidumbre e iluminismo que afectaba al judaísmo más radical. Su mensaje y ritualidad no fueron originales, pues contenían puntos presentes en la tradición hebraica y común a otras variantes de esta religión. De este modo, la doctrina de Jesús no es sino una reinterpretación de los diez mandamientos dados por Dios a Moisés, que resumidos vienen a decir: <>. La creencia en el demonio, los ángeles y la libertad moral era compartida por los fariseos. La fe en la llegada del fin del mundo, el rechazo al adulterio, el exorcismo y la curación por medio de la imposición de manos así como la elección de un grupo de doce seguidores o el uso de apelativos como “Hijo de Dios” o “Hijo de la luz” eran comunes entre los esenios del Qumrán, quienes tenían un consejo compuesto por tres maestros y doce discípulos, cuyo guía principal se autodenominaba “Maestro de Justicia”. El número doce era sagrado para los judíos, ya que representaba a cada una de las antiguas tribus hebreas, y en el caso de Jesús, podía responder al sentido simbólico que se quería dar a su figura, la cual junto con los doce apóstoles -cada uno representante de una tribu- dirigiría al pueblo de Israel hacia el final de los tiempos. Respecto a los rituales, todos eran de uso normal dentro del judaísmo y así, la purificación por medio del bautismo ya era utilizada por los esenios del Mar Muerto, quienes realizaban inmersiones acuáticas diarias, y por Juan el Bautista, a cuyo círculo pertenecieron Jesús y alguno de sus discípulos. El desarrollo de la Última Cena coincide en fecha con la celebración de la Pascua judía -Semana Santa cristiana-, en primavera.

ENTREGA: Presentar el desarrollo de la actividad en físico durante la clase correspondiente.
Para quienes no pueden asistir al colegio la actividad debe ser enviadas al correo profesoriasoniaparedesblog@gmail.com,  (puede ser en fotografía) o al whatsaap. 3195665957.

FECHA DE ENTREGA: 26 AL 30 de julio 2021.



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